Predigo los acontecimientos desde el más puro negativismo porque sólo yo comprendo lo mucho que está en juego para mí. Que no es el lugar ni los acontecimientos, que es mi víscera principal esquizofrénica.
Sé que lo daría todo y al mismo tiempo comprendo que no tengo nada que ofrecer realmente, más que yo misma y parte de lo que he aprendido del mundo.
Desconozco mi destino aunque lo obsevo ahí arriba, sobre mi cabeza, a punto de explotar sin que me de tiempo siquiera a resguardarme. Y eso que me lo advertí a mí misma.
Cuidé de no tropezar de nuevo y tropecé, he ahí el motivo de estos labios de sandía. Ahora me lastiman las heridas que estoy segura cicatrizarán de uno u otro modo, optando en este día gris por el alcohol que escuece pero es eficaz.
Quiero cortar de cuajo y no puedo. No puedo. No puedo.
...
Mis ojos ven mis trasquilones
Mis oídos escuchan a Ismael Serrano
3 comentários:
¿Pero qué te pasa, Nush? Un mal día- o unos malos días- los tiene cualquiera.
Te mando todo mi ánimo.
Ah, yo la entiendo: eso que está sobre su cabeza, a punto de estallarle. Es su cabello, tan rebelde. Cuando estalle se convertirá en miles de metros de fibra óptica, y la luz llegará al confín del universo.
Si no sabe cómo cortar de cuajo, aténgase a estas instrucciones: cuando mate un cabrito, ábrale el vientre con un cuchillo afilado. Arranque el estómago y átelo por los extremos. Antes meta dentro un trocito de cuajo viejo de otro cabrito. Déjelo a curar dos meses en la rama de un almendro. Cuando esté curado, ábralo y añádalo a la leche: verá cómo se corta por efecto del cuajo.
Entonces será libre.
¡Y tendrá un sabrosísimo queso!
(para merendar con pan a la orilla del río, con su hermana María).
No soy como Johnny y soy incapaz de dar un consejo tan elaborado...
Pero dejo constancia de que leo esto, bueno, más bien lo leo en el recreo desde el ipod (del cual siddartha tiene envidia y se quiere comprar uno xD) pero ahí no puedo comentar...
He dicho
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