quinta-feira, janeiro 03, 2008

presente de subjuntivo

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Acariciada por las sábanas de hilo blanco soñó con aquello que jamás debería haber soñado. Y se sintió más agusto que nunca, vibrando su cuerpo al son de sus instintos mientras los cabellos perfumados de miel y coco campaban a sus anchas sobre el regazo de Morfeo.
Sintió pasión y fuerza. Todos sus músculos se tensaron al mismo tiempo. Sus arterias se dilataron y la sangre corrió mas fuerte que nunca con el flish-flish de una ardiente canción de jazz. La música quemaba su piel.
Al despertarse se lamió las heridas, confusa, todavía empapada en sudor. Y se preguntó por qué él, por qué ahora, por qué.
Cada uno de sus poros chillaba de placer y soledad mientras ella, agotada por la fiebre y los temblores, hacía girar su mente más rápido de lo que cualquier peonza podría soportar jamás. Pero no encontró respuesta.
Se le erizaron los pelos de la nuca y quiso sentir sus brazos, su aliento, su sexo. Quiso dejarse llevar.
Pero tenía demasiado miedo.
Y aunque su cuerpo cobarde jamás se atrevió a mirarle siquiera, su mente continuó volando por las noches hacia sus abrazos. Y la pasión tan sólo dejó de empaparla el día en que sus brazos marchitos rozaron la mortaja, fríos y secos de no haber sabido amar.
...
Mis ojos ven algo que no saben distinguir.
Mis oídos ya no quieren oír nada.

5 comentários:

María disse...

Qué lástima. Siempre he creído que los covardes mueren así, secos.

Ojalá se lance.

nüSh... disse...

Fíjese usted, María.
Que es por no lanzarse que duerme de día y llora de noche.

JOHNNY INGLE disse...

A mí el texto ese, tan condensado y tan dramático me hace tamblar un poco y no sé si lo acabo de entender o es solo para poner los pelos como escarpia.

De modo que me limitaré a comentar que esa foto es muy curiosa, que la piel con ese tono gris transmite suavidad (y es un mérito que provocar el tacto a través de la mirada) y luego está la curva de la aleta de la nariz: es la protagonista del conjunto, el punto focal. Acentuada por las sombras, nos atrae como un pozo de mil metros abierto en el suelo, con esa gravedad y ese vértigo.

Esa curva de la aleta de la nariz es como una luna creciente, y más o menos quiere significar: "voy a más, voy a lanzarme".

También es como una letra "C", que en un arrogante gesto nos ordena: "Cómeme".

Yo lo veo así.

La mirada es como la de una persona a la que le gustan los tiramisús y le ponen delante un mous de chocolate...

La nariz parece de viscoelástica. Si la apretamos cederá hasta cierta profundida. Primero sugiere densidad, pero tras varios segundos cede y nos acompaña. Quitarse los mocos de una nariz viscoelástica debe de ser una experiencia interesante.

Anónimo disse...

(tras semejante profundidaz en el comentario de encima solo puedo decir...)





que vaya al medico

moonriver disse...

Esto de identificarme con lo que otros escriben sólo me había pasado con los libros y las canciones,nunca con los blogs,claro que llevo poco tiempo navegando por estas latitudes.
Un saludo a todos los cobardes solitarios y a los solitarios valientes que siempre se levantan tras un gran porrazo (espero llegar a pertenecer algún día a esta segunda categoría).