su majestad del yo

Estilo es una palabra infravalorada.
Verá usted, querido lector.
Si yo veo a una re-combinada de blanco y dorado (pongamos por ejemplo), con sobredosis de purpurina y un maxibolso trenzado pues no, eso no es estilo.
O sí, todo depende.


Le contaré que hoy he recibido mi primer anónimo-sangrante. ¡Y qué ilusión me ha hecho!
Porque nadie llega a ser nada sin críticas, ¿comprende?
De sus manos ha salido la dulcísima expresión que encabeza este texto, y que mi boca de aceituna no se cansa de repetir. ¡¡¡Qué hermosa frase!!!
Ego.

Porque estilo es aparentar un semidios con pantalones rotos y pies descalzos sobre la baldosa congelada.
Se es estiloso cuando se llevan las uñas semi-despintadas y la cabecita llena de pájaros.
¿No está de acuerdo?

Gracioso anónimo el mío.
Leer, leer, leer.
Verá usted, que yo conocí ese libro a través del Vogue. Pero como no lo encontré en la librería pues me compré los dos que más me atrajeron.
"La hija de la esperanza" y "Esta boca es mía", de Joaquín Sabina.
Pero hoy, distraída y aburrida en el centro comercial, apareció.
"El niño con el pijama de rayas" en edición de bolsillo.
A ver si regreso esta semana y cae en mis redes.

Vogue es una revista con estilo, ¿no cree?
Porque me gusta el arte en todas sus maneras, desfilando con un vestido de Alexander McQueen o sentada en primera fila con un tocado de Philip Treacy.
Y yo amo la moda como amo la mezcla cultural y las canciones que hablan de putas.
¡¡Qué triste y poco-estiloso sería un mundo sin arte!!!
He llegado a quedarme horas embobada contemplando una hermosa fotografía.

¿Por qué Joaquín Sabina?
Porque su música inunda el pecho de calor y lágrimas de alegría.
Y eso sí es estilo, sí señor.

¿Me cree usted ahora?
¿O voy a tener que darle una pastilla?

...
Mis ojos ven a un mago.
Mis oídos escuchan la nada.