terça-feira, junho 19, 2007

my birth

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Yo nací al caer el sol del sexto día del último mes del año que cerraba la década de los ochenta.
Día de la Constitución (y tal vez por ello salí un poquito anárquica y bellísima ninfa de invierno)

Sería demasiado novelesco decir que era un día invernal en el que la nieve cubría cada centímetro de la tierra, pero no creo que así fuera, tratándose más posiblemente de un día normal de un invierno normal en el que no nevó porque en esta zona (casi) nunca nieva y si lo hace no cuaja.
Dejémoslo entonces en un día normal.

Mi abuela siempre cuenta que mamá no dijo ni mú. Que "no ha visto a nadie parir con más calma", y que mi padre quería que fuese niña niña niña porque no le interesaba la parejita pero sí que la criatura fuese la nena de sus ojos (tal y como ha sido).


No hubo puros ni champagne, sino maravillosos rizos rubios de cuatro mil cincuenta gramos y casi cincuenta y tres centímetros aderezados con enormes mofletes rosados y la bendición de Morfeo día y noche. Reflejo del lactante con déficit de glucosa en sangre que solucioné con unas horas en la incubadora y años de adicción a los dulces en general.

Justo mientras comenzaban mis microscópicos pulmoncitos a inhalar sus primeras bocanadas de aire (bocanadas del tamaño de una nuez, porque no había sitio para más) ardía la vieja casa de enfrente del hogar de la que hoy es (y siempre ha sido) mi mejor amiga; que entonces tenía seis meses y su madre la tuvo que sacar a la calle para que no se asfixiase con el humo. Curiosa casualidad que yo catase por vez primera las delicias del oxígeno y la pobre amiguita casi no pudiese ni abrir la boca. Espesa humareda que lo inundaba todo de gris antracita y picor en los ojos.

Nacimiento bíblico (o simple casualidad) la de estos rizos que desde los cuatro a los once años han sido lisos.





Se ve, desde el punto de vista del médico, cómo la gran cabeza de la niña aparece entre las piernas abiertas de la madre. Las densas cejas unidas identifican a Frida. La cabeza inerte y caída y el cuello delgado están cubiertos de sangre. La niña parece estar muerta.
La sábana que tapa la cabeza y el pecho de la mujer, como si hubiera fallecido durante el parto, subraya el proceso total del alumbramiento. Un cuadro colgado en la pared arriba de la madre sustituye la cabeza de ésta. Es la representación de otra madre afligida: la Virgen de los Dolores atravesada por espadas, que sangra y llora.
(...)
A pesar de que el cuadro representa el propio nacimiento de Frida, también está relacionado con la reciente muerte de su hijo no nacido. Por lo tanto, muestra cómo Frida se da a luz a sí misma. "Quise producir una serie de cuadros que abarcan cada año de mi vida", dijo Frida. "Mi cabeza está cubierta porque mi madre murió durante el periodo en el que pinté el cuadro". Mi cabeza, dijo, indicando que es su cabeza la que está cubierta. Años después, apuntó en su diario, al lado de varios dibujos pequeños de ella misma: "la que se da a luz a sí misma... la que escribió el poema más maravilloso de su vida."
...
Mis ojos ven "Mi nacimiento", de Frida Kahlo.
Mis oídos escuchan a mis párpados cerrarse.

12 comentários:

Julia Sanz disse...

pues.......
te iba a comentar alguna tonteria rollo "qué le pasa al pelo rizado y sus etapas lisas, y viceversa"......

pero claro, luego, con la interpretación del cuadro de frida...pues me he replanteado el sentido del comentario.....por no decir el de mi vida tb.

En fin. Solo me queda decirte...buenas noches.
bs

nüSh... disse...

jajajaja
verás, querida tallacuarenta.
Nací con el pelo totalmente rizo.
Estas fotos lo corroboran
http://www.fotolog.com/watermeloneando/10173979
Pero a los cuatro años más o menos mi madre decidió cortármelo así
http://www.fotolog.com/watermeloneando/10088147
y como por obra y gracia del espíritu Santo se me quedó más liso que una tabla los once años (en esta foto es el agua del mar la que hizo que pareciese ondulado)
http://www.fotolog.com/watermeloneando/9907117
A los once decidí yo cortármelo, cortitocortitocortito.
Y voilá! volvió a nacer rizo!


La peluquera flipó en colores y afirmó que eso sólo le pasa a las embarazadas.
Así que yo, ahora, estudiante interesada, lo relaciono con un cambio hormonal brusco.
A los tres años con el cambio del lactante (que en ser humano se produce sobre esa edad) y a los once con la pubertad.


no te preocupes por lo del cuadro.
A mí cualquier cuadro de Frida me hace replantearme mi vida.
Y eso que la mayoría me parecen espantosos (este es uno de ellos), pero no puedo negar que me fascinan.
Son mágicos.

JOHNNY INGLE disse...

Este cuadro es maravilloso y relajante, si prescindimos de la madre cubierta y la cabeza naciente, que suponen un horror añadido a la placidez de ese dormitorio simple, austero y equilibrado. Sin mesas de noche, jah, eso podría significar que es un dormitorio para hacerlo de día, en la siesta, después de comer, la mejor hora para las expansiones amorosas.

Me da un poco repelús eso de que ardiera la casa vecina mientras tú nacías. Es como si el mundo no tuviera espacio suficiente para acoger a una nueva persona con tanto peso específico y destinada a ocupar un lugar tan deslindado y solemne. Era necesario del todo arrasar con un inmueble, allanar el solar, despejar el escenario para la nueva criatura: tú.

D A V I D disse...

Sr. Johnny,

Me rindo ante sus palabras.

siesta


Nüsh,

¿Cómo le fué el shopping?

Diego

Julia Sanz disse...

qué linda.
si ya, te creía de antemano, a me sucedió lo mismo, nací con el pelo lisito (sí, yo era un bebé con mucho pelo, qué pasa) y así como a los 3 añitos, zas, los bucles. Pero abandoné el club de los rizos en breve...y desde entonces hasta ahora, aburridamente liso.

qué curioso el pelo, nop?

........
un beso.
(tennos al dia de tus resultados selectiveros plis)

Anónimo disse...

Nush, tengo un caramelote en la biceptriz del angulo formado por el naciente de mis dos piernas...me agradaría que le dieras una lmida.
Besos

Anónimo disse...

Sr. Johnny,

Me rindo ante sus palabras.

siesta

nüSh... disse...

Ilustre Johnny.
Siempre me he preguntado por qué ardió aquella casa. Investigué y nadie pudo decirme qué había pasado.
Casualidad, diría yo.
(Ya que no creo en el destino)

Amado señor del Hierro.
El shopping bien.
Acabé con dolor de pies y un vestido hermoso.
Nada más.

Tallacuarenta.
Los resultados los sabré el 26 a las 15.00 y no dude que se lo haré saber.
Es curioso. Nunca había conocido a nadie con tantos cambios de pelo como yo.

Señor anónimo.
Tal vez quiso usted decir bisectriz, y no biceptriz.
Su oferta es un poco difícil de valorar para mí dado que se oculta bajo la asexualidad de un anónimo.

Davida Maria.
¿siesta?


^^

George Hazard disse...

Tu madre debe estar contenta contigo desde el día que naciste, porque ni para eso le molestaste.
Seguro que el fuego de la casa de tu amiga es el fuego de la amistad... (un poco hortera esto, ¿no?)
Je je
Besos.

Anónimo disse...

Querido George.
No es que no molestase.
Es que mi madre tiene el umbral de dolor elevadísimo.

Respecto a lo del incendio...
La que ardió no era la casa de mi amiga, sino la de su vecino.
A quien no conozco ni creo que conoceré nunca.

Besos.

JOHNNY INGLE disse...

Ah, no, pues no: muy mal, señorita Nush: si usted para nacer por todo lo alto tuvo la ocurrencia de quemar con su fuego la casa de un vecino, lo mínimo que puede hacer es visitarle y llevarle de regalo unas galletitas acarameladas horneadas por usted misma. Y si es mujer, regálele uno de sus boldos, que ella los perdió todos en el incendio.

D A V I D disse...

Hermosa Nüsh,

¿Podría describirme su imagen, de sí misma, ejerciendo su profesión?