quinta-feira, junho 07, 2007

bread and fish

Image Hosting



Agotadas y extasiadas cada una de las células de mi cuerpo, llego a casa y sólo quiero descalzarme. El calor no ayuda y el contacto del frío suelo con mi piel es una bendición al alcance de cualquiera.
Mis 36 rotuladores de 36 colores diferentes se han convertido en mi mejor aliado. El bolso vintage repleto de post-its, lápices, bolígrafos e incluso una simpática grapadora roja; pesa tanto que me duelen los hombros.



Pero al salir de la biblioteca todavía hace sol, aunque sean casi las nueve de la noche. Comienza a correr una suave brisa cálida y primaveral, y finalmente me siento bien.
Ya queda un día menos, pienso para mis adentros.
Y desde lo más profundo de mis entrañas, tímida y cansada, no puede evitar escaparse una sonrisa.



...
Mis ojos ven una instantánea de David Lachapelle.
Mis oídos escuchan "Ojalá", de Silvio Rodríguez.

3 comentários:

George Hazard disse...

¡Animo, ánimo que queda poco! Los exámenes son algo atroz, sí, sobre todo porque más que por aprender se estudia para aprobar. Pero algo queda, siempre...
Besos, guapa!

Julia Sanz disse...

pues t digo una cosa...te sonara a locura...pero leyéndote siento monton de nostalgia de esos dias de estudio a muerte en la biblio..y pareceré una colgada pero...yo me lo pase genial los dias de selectividad!!! porq ademas el primero, coincidia con mi cumple y toda la clase me cantó el cumpleañosfeliz allí en los pasillos de la facu y la gente se qedaba mirando como diciendo : a kien lexes se le ocurrira cumplir años en un dia como este???

jejje ÁNIMO MUJé, todo pasa....
un besoooo

Loredhi disse...

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones

Ojalá que la aurora no dé gritos que caigan en mi espalda.
Ojalá que tu nombre se le olvide a esa voz.
Ojalá las paredes no retengan tu ruido de camino cansado.
Ojalá que el deseo se vaya tras de tí,
a tu viejo gobierno de difuntos y flores.