quarta-feira, março 28, 2007

octopus garden

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Tradiciones los gallegos tenemos muchas. Famosa es la Santa Compaña y las meigas (que haberlas hailas). Se dice que nuestros ríos están habitados por Mouras que seducen con sus femeninas curvas a los más variopintos personajes y les ofrecen-el-oro-y-el-moro a cambio de superar con éxito una prueba. Los romanos temían padecer inmediata-amnesia si cruzaban el río del olvido, pero lo cruzaron e inundaron esto de iglesias y caminos empedrados.

A mí todo esto me parece genial. Porque son tradiciones hermosas que no llenan los zapatos de tierra.
Pero ¿y el pulpo?

Cada feria, cada fiesta y cada verbena están decoradas con sendos puestos de "pulpo á feira" (pulpo en gallego es polbo pero nadie le llama así).
Humeantes calderos gigantes de cobre llenas hasta los topes de hirviente agua marrón-pulpo que burbujea expulsando vapor por doquier. Las pulpeiras, robustas mujeres rubio-teñido, ataviadas con mandiles de cuadros vichy rojos, cortan cefalópodos a la misma velocidad a la que Eduardo Manostijeras podaba setos. Se sirve en platos de palo. Con aceite y pimentón.
No disfruto de eso que se considera tradición centenaria. No. No me gusta tener que sentarme en mesas corridas al ladito de un desconocido de edad avanzada y ojos lascivos. No me gusta que la tierra con la que toman contacto mis zapatitos blancos esté siempre empapada de vino tinto (vino que anteriormente fue servido en jarras de mimbre trenzado). No me gusta y punto.

Si eres forastero y te acercas a cualquier carro-del-pulpo alucinarás con el hecho de sentarte en una infinita mesa de bancos siempre inclinados (de todos es sabido que Galicia es todo cuestas) rodeado de desconocidos que no dudarán en pedirte permiso para hacer sopas en el aceite de tu plato. Charlarás con anónimos de los temas más diversos y cada uno pagará su plato-de-palo. Te ofrecerán café con aguardiente de hierbas y su embriagador olor te atraerá como los mosquitos son atraídos por mi real-sangre-azul.
Pero no cuentes conmigo, cariño. Porque no estoy dispuesta a soportar tan despiadada y cruel tortura.

...
Mis ojos ven “El jardín de las delicias”, de El Bosco.
Mis oídos escuchan a The Beatles.

10 comentários:

Unknown disse...

ejem

Unknown disse...

No sé por qué Blogger me llama Bahij si soy Nüsh de toda la vida....
cosas del Beta-que-ya-no-es-Beta

Anónimo disse...

Mmmm... No tienes ni idea. Con lo ricamente delicioso que está el pulpo en el Patio, regado con vino tan joven que mancha los labios (y la ropa) y fermenta en las botellas, el placer de escuchar a la abuela decir a unos viejos que seguramente son sus primos por parte de su prima segunda "sin prisa, que nosotros esperamos", el gustirrinín de ver a las pulpeiras cortando a toda leche, el olor a lejía de las mesas y el pan de bolla sobre la servilleta.

Definitivamente, no tienes ni idea.

Y además todo el mundo sabe que al Patio se va con ropa vieja, coño.

nüSh... disse...

ai.

pero qué regulera me eres!

nicoletta disse...

En mi pueblo cuando son fiestas montan casetas donde se sirve paella valenciana, del senyoret, de marisco, arroz negro y también raciones de fideua.Te daría igual ensuciarte los zapatos,te juro que vale la pena

nicoletta disse...

nüsh te vienes un día...

D A V I D disse...

Sra. Nüsh,

Casi coincidimos en el jardín. Bonita coincidencia. Ayer la tenía en mente. ¿Ha visto usted el cuadro en el prado?

Y hablando de coincidencias, lo hago plenamente con su hermana Whisper XL y le digo a usted, con todos mis respetos, que no tiene ni idea, que al patio se va con ropa vieja.

Es como salir en valencia, en fallas, de bonito... petardo por aquí, paella por allá... hay que ir de batalla!


AtentaMente

JOHNNY INGLE disse...

Ah, Sta, pero es que así no va a encontrar nunca novio. Sepa que en los patios esos, y atraídos por el propelente aroma del pulpo da feira, concurren los más soberbios mozos de la España y del extrajeros. Sin ir más lejos, usted podría verse sorprendida, al sentarse en ese banco de corridos, de que con su manita de uñas mordidas el mismísimo Ulliel quisiera mojar aceite de su platito de madera.

Luego un café con yerbas y que si me llevas al jardín de los camelios a revolcarnos en la yerba.

¿Se pude esperar un paraíso más venéreo?

nüSh... disse...

D a v i d.
yo también soy fiel creyente en la ropa vieja para ir a estos sitios.
pero fíjese usted que siempre vamos a tomar el pulpo cuando hay fiesta. Y a las fiestas yo voy siempre de punta en blanco (por norma general yo voy siempre de punta en blanco).
De todos modos al Patio (fiesta por excelencia del pulpo y el vino nuevo) sí que voy con ropa vieja. Aunque sólo vaya si me obligan, porque yo, aunque sea con viejos viejísimos trapos, me veo monísima y los viejecitos tienen problemas con el marcapasos. Y a mí eso de las miradas viejo-verdosas no me gustan nada de nada.

Johnny.
Usted siempre atn lascivo.
Si Ulliel me ofreciese ir a tomar el pulpo le pediría por favor pasar directamente a la hierba (que no a las hierbas).

Anónimo disse...

me gusta como escribes