segunda-feira, março 12, 2007

cerises et framboise

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Loreto es de esas personas que se pasean por el mundo con zapatillas verde pistacho (el verde pistacho es un color majísimo) y siempre están dispuestas a hacer locuras. Ella es muy de volteretas y tiri-ti-ti. La cabecita la tiene llena de pájaros, pero de pájaros inteligentísimos que resuelven integrales en menos que canta un gallo (gallos en la cabeza de Loreto no hay, porque a pesar de ser pájaros son más bien cortitos de entendederas).
Cuando vamos juntas nuestra risa se escucha en un radio de 437 kilómetros, porque ambas somos de la opinión de que las carcajadas débiles son más falsas que un duro de palo. El 97% de los payasos sueñan con arrancar a los niños risas como las nuestras. Pero es científicamente imposible, porque como Loreto y yo sólo nos reímos Loreto y yo.
A ambas nos encanta desayunar batido de chocolate en la esquina de la plaza del mercado, sentadas en unas escaleritas de piedra dignas de una reina. Y siempre que lo hacemos algo extraño sucede: niños que nos someten a interrogatorios de tercer grado, señoras entradas en edad (y en carnes) que, sin conocernos de nada, nos aconsejan dejar de comer y nos advierten de que nos pondremos como barriles si seguimos así... Pero nosotras meneamos nuestras cabecitas locas y, dándole un sorbito a nuestro batido, decimos que no nos importa, porque si fuésemos barriles seríamos los barriles más cool del universo, y que eso es lo que importa.
Nuestras cabecitas adolescentes imaginan historias interminables que causan nuestros propios ja-ja-ja (también interminables). Y deambulando por las calles entre historias surrealistas podemos pasarnos toda la vida. De vez en cuando paramos, expulsamos por nuestras boquitas alguna sentencia que el mismísimo Dalai Lama envidiaría, y seguimos avanzando para vover a ser tan ji-ji-ji como siempre.
Hoy mismito nos plantamos en el centro del parque con nuestras croquetas y nuestras ensaladas (la mía de pasta y la suya del país de Lenin) y disfrutamos de la hierba, el glamour y el té helado.

...
Mis ojos ven a Ellen von Unwerts en una fotografía para Vogue.
Mis oídos escuchan "Song 74". Niño y pistola.
Mis manos dedican esto a Loreto (¿quién si no?), que es buena y lo sabe.

2 comentários:

. disse...

Sra. Nüsh;

El 97% de los payasos no saben hacer bien su trabajo. El 97% de las señoras entradas en edad y en carnes han entrado en edad y en carnes sin haber disfrutado de un buen atracón en unas escaleritas de reina. El 97% de las personas en general no se ríen como Usted y su Loreto tiri-ti-ti.

Disfrute de su 3%.

Perfectos Saludos.

JOHNNY INGLE disse...

Demonio! Menuda integral que le acaba de formular Mantel...

Lo que no me creo es que las risas alcancen 437 km. Me parece mucho. Eso es una exageración. 436 me lo trago ¡pero ni un km más?

Yo, si las veo desayunando chocolate no les digo nada, pero si las veo levantando el culo al aire como esa criatura de la foto, ah, ¡menuda regañina entonces!!!

Mi madre no tiene una amiga llamada Loreto, pero tiene un Lorito, y es casi igual.

(lorito que también toma chocolate, concretamente, el llamado chocolate del loro)