sexta-feira, dezembro 08, 2006

La pipa de la paz. El pino de la guerra.

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Año tras año, por estas épocas, la tribu al completo se metía en el coche e iba en busca y captura de un árbol de Navidad. Recorrían cientos de carreteras rurales para buscar el pino-de-arcén más bonito y lustroso.

Gran-jefe-indio: ¿Os gusta ese?
Indiecitos: [a coro] Noooooooo... es muy pequeñoooo
Gran-jefe-indio: ¿Y ese de allí?
Indiecitos: noooo... casi no tiene hojaaaas
Gran-jefe-indio: ¿Qué os parece aquel?
Indiecitos: nooooo!!! es feísimo... además de enclenque está torcido!!!
Madre-naturaleza: [perdiendo los nervios tras cientos de árboles rechazados] jovencitos, tienen que decidirse.
Indiecitos: nos gustaba el primero que vimos!!!

Y el gran-jefe-indio daba marcha atrás para cortar el primer árbol. Al llegar a casa comprobaban que el pino elegido era tan grande que había que cortar más de la mitad, y las hojas crecían de pascuas en viernes, por lo que el 80% del vegetal eran huecos.
Discusiones de nuevo porque el árbol era horrible, porque los indiecitos querían decorarlo con espumillón de cientos de colores y la madre naturaleza no estaba dispuesta. Al gran-jefe-indio le ardían las plumas del tocado.

El año pasado la Madre-naturaleza decidió acabar de una vez por todas con tanta discusión navideña y, acompañada de esta indiecita que les cuenta tan anecdótica historia, se dirigió a una nave industrial en la que vendían objetos decorativos y se propuso comprar un frondoso y realista abeto de plástico.
Allí inspeccionaron durante horas la interminable fila-india de árboles expuestos.

Madre-naturaleza: ¿te gusta este?
Indiecita: nooooo... es demasiado pequeño.
Madre-naturaleza: ¿y este?
Indiecita: Por Dios! ese es enano!
Madre-naturaleza: ¿que tal este?
Indiecita: ese está bien de tamaño, pero se nota mucho que es de plástico.
Madre-naturaleza: Creo que este es el mejor
Indiecita: sí. Es este. No cabe duda.

Indiecita y Madre-naturaleza se llevaron a casa un abeto artificial de 2.10 metros, que a duras penas cogía en el sitio elegido. Pero estaban satisfechas con su compra, porque aquel era el árbol de plástico más realista y frondoso del mundo.

No penséis, queridos amigos, que ese fue el fin de las discusiones-navideñas. ¡Cómo perder tan entrañable tradición!. Ayer mismo la india-familia de la que hablo decoró su cónica choza con motivos navideños. El indiecito menor quería poner el árbol él sólo, pero no colocaba bien las ramas y se enfadaba si le corregían, las luces se enredaban y la gata intentaba enredar las guirnaldas doradas con sus afiladas uñas.

...
Mis ojos ven al Gran jefe indio de Peter Pan.
Mis oídos escuchan "All I want for Christmas". Olivia Olson. BSO de Love Actually

6 comentários:

George Hazard disse...

Nosotros hace años que tenemos pino de plástico, pero no por amor a la naturaleza, sino porque mi madre se ponía enferma con las ramitas que caían al suelo.
¡Besos!

Dave Aiman disse...

Me encanta la navidad y los arboles de plastico porke los de evrdad de abandonan.
Aunke Nsheta recuerda que todo el año tienes a gente que parece un arbolito de navidad por sus pintas!
Besos ChiColosos!

LaCaja31 disse...

por lo menos en el arbol pondrias la bolita antes-brillante-por-la-purpurina-aunque-se-mojara-y-que-previamente-habiais-robado-de-una-cafeteria(-pese-a-que-jony-ingle-diga-que-no-es-tal-acto-delictivo-pese-a-que-os-cobre-taaaaaaanto-por-un-capuccino)-y-que-os-ocasiono-ese-momento-de-risas-mil no?

he tropezado con tu blog y me temo que como buen hombre que soy...volvere a tropezar!

muy guay. Bicos!

JOHNNY INGLE disse...

Cuando yo era pequeño, de repente a mi madre se le ocurrió que ya habíamos progresado bastante como para permitirnos tres guirnaldas y cuatro bolas. Como árbol escogió un ramajo de almendro seco que por aquellos lares encontró.
Lo suyo hubiese sido un buen abeto de plástico con luces intermitentes, pero eso ni soñarlo.
Luego todo llegó, aunque sin luces, que a mi pare le hubiera dado un telele.


En la escuela tuvimos un profesor muy progre con barba comunista que no daba clase de religión (¡bien!) y unas navidades decidió montar el árbol. Trajo un ramajo de almendrero, lo mandó pintar con purpurina plateada, lo adornó con bolas plateadas y guirnaldas plateadas. Es el árbol más raro que he visto nunca. Él decía que era "sencillo". Y a lo mejor tenía razón. Un árbol monocromático, todo plateado, como si hubiese estado expuesto al famosísimo polonio radiactivo.

Merry Cristmas, Nush!!!

Maika disse...

En mi casa la pelea se basa en a quien le toca poner los adornos (generalmente el mismo dias de Nochebuena). Como verás no somos muy navideños, nuestro espíritu prefiere el consumismo ocasional al prefabricado. Hablando de consumismo ayer fui de compras y luego de juerga (que relajada me siento para empezar la semana!!)jaja Besitos cielo.

. disse...

Adorada india;

A mí lo que me fastidia es que los objetos navideños cobren vida a partir del 8 de enero, cuando los guardas en sus cajitas. Yo desmonto el árbol con sumo cuidado, las guirnaldas separadas y estiraditas, luego dobladas con delicadeza por la mitad. Las bolas cada una en su sitio-huevera. Las luces, ay, las luces, desmontadas con toda parsimonia y con paciencia infinita enrollados los cables en un acto de amor. Última prueba en el enchufe para comprobar que encienden todas las lamparitas antes de guardar, ¡¡encienden!!.

Y al año siguiente vas a poner de nuevo el árbol y te encuentras a todos los adornos amontonados sin rigor dentro de las cajas, las guirnaldas en contra-natura asociación con las bolas, los cables de las luces enredados en sí mismos, la lamparitas que no encienden. Y yo me enfado y maldigo y pataleo contra esa orgía que los adornos se han formado por su cuenta.

Perfectos Saludos.