segunda-feira, dezembro 25, 2006

ho-ho-ho!

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Un señor ha entrado en mi casa mientras yo estaba en la de mi abuela cenando. Testigos le han descrito como mayor de 50 años, con ligero sobrepeso, vestido de rojo y barba blanca.
Lo curioso es que, lejos de robar, nos ha dejado un montón de objetos envueltos amorosamente en papel de colores.
Bajo un calcetín de Winnie de Pooh había dos paquetes rosas, que yo reconocí como míos. Rasgué la envoltura y comprobé ilusionada que se trataba de una cámara digital y una impresora-escáner-fotocopiadora. Definitivamente he entrado en el siglo XXI. Ahora ya puedo mostraros mis fotos de cuando era tan pequeña que me pisaban las hormigas, o hacerme algunas nuevas.

Recuerdo que cuando era pequeña mis regalos de Navidad eran iguales a los de mi hermana. Y también nuestros vestidos. Así que fácilmente se nos podía ver con nuestros pichis azul marino paseando a dos muñecas idénticas en iguales cochecitos alrededor de la manzana. Pero tras esa simetría forzada se ocultaba una enorme diferencia. Sus rodillas escuálidas y huesudas, de piel intacta. Las mías regordetas y llenas de heridas.

En el jardín había dos bancos de piedra, y cada una era dueña y señora de uno. Allí jugábamos a las cocinitas. Ella, mucho más fina, machacaba hierbas y mezclaba tierra con agua en aquellos platitos de colores. Pero mis recetas incluían caracol y gusanos, y mi mesa-de-trabajo-banco-de-piedra jamás estaba limpio u ordenado.
Lo mismo pasaba con las Barbies. Su casita siempre inmaculada. Cada muñeca en su sitio, ropa y peinado inmejorables. El flequillo brillaba por su ausencia en la mitad de las mías, pues yo era rauda y veloz con las tijeras. De vestiditos ya ni hablamos.

Justo hoy hemos estado comentando esto. Que parece mentira que hayamos salido del mismo útero.
Solo había que vernos a ambas.
Ella punk y yo poppie. Ella con botas militares y palestina al cuello. Piercings y ska o música-estruendosa el iPod. Yo con mi abrigo sixties y orejeras de peluche rosa. Cinturón de lunares y pitillos negros. En los pies las vans, en los oídos Franz Ferdinand, Fito y M-Clan (lo cierto que Fito es un punto en común, aunque creo que él debería ser común a la humanidad al completo).

Cuando alguien nos dice que nos parecemos nosotras ponemos nuestra mejor cara-extrañada y negamos con la cabeza. La única similitud es que en mis rodillas ya no hay heridas.

...
Mis ojos ven aquella función de Navidad en la que el angelito rosa (yo) pegó al niño Jesús (anónimo) en plena actuación. El mesías en cuestión le había dicho que "con esas alas pareces una mosca asquerosa"
Mis oídos escuchan "Crazy little thing called love", Michael Buble

8 comentários:

George Hazard disse...

¡Menudos regalazos, Nush, no te quejarás!
Estás muy graciosa en la actuación, ási toda de rosa-raso.
Besos!

Lördagspunk disse...

Yo el 25 sí esperaba que viniese un tipo, nó tan cincuentón pero ya mayor, rudo y con algo de tripilla, que fumase en pipa y que llevase boina. Pero parece que el olentzero nó se metió en el negocio de la exportación a logroño.

Absurdo Rutinario disse...

¿Ligero sobrepeso?

Oye, genial que ya tengas cámara digital y que nos regales lo que ves, además de lo que oyes.

Por cierto ¿es mi explorador o tu texto sale un poco raro hoy? (acentos, y símbolos ascci por ahí desperdigados).

Un abrazo.

nüSh... disse...

George. Antes en mi casa los que traían los regalos grandes eran los Reyes. Pero un buen día mi madre decidió que era mejor que este papel lo asumiese Papá Noel, porque así tendríamos todas las vacaciones para jugar con nuestros regalos. Es ese el motivo de mis regalazos. Y doy fe de que estoy más contenta que unas pascuas.

Lördagspunk, no conocía yo al olentzero. Ahora es más cierto que nunca eso de "no te acostarás sin saber una cosa más"

629, es culpa del monstruo beta. Se ve así de vez en cuando. En lugar de tildes cosas raras.

Ale, me voy con mi heramana a comprar la ropa de fin de año. Besos.

George Hazard disse...

En mi casa también lo han hecho así siempre.

Anónimo disse...

Te olvidas de decir que tus barbies tampoco tenían pies, a causa de las mordeduras... :-S

. disse...

Sra. Nüsh;

Si un jesusito se llevó un palo suyo por decirle lo de las alas de mosca asquerosa, no quiero ni pensar la horrorosa grosería que habrá dicho el jesús de verdad para que lo clavaran a dos palos.

En mi casa papanoel se robó la otra noche una botella de vino de las caras.

Perfectos Saludos.

nüSh... disse...

Edmundísimo
Si riñeron a los que crucificaron a ese señor del que usted habla la mitad de lo que me riñeron a mí por darle un par de leches a aquel renacuajo maleducado tenga por seguro que la historia no se repetirá.