Tras años (que no son muchos pero sí algunos) de arduas investigaciones he llegado a la conclusión de que dentro de cada fotomatón habita un curioso ser. Llamémosle "Dedefordefo" -Demonio deformador de fotos-.
Esta criaturita se limita a sentarse cerca de la ranura-exprendedora-de-fotos y a lanzanzar hacia nuestros mini retratos unos curiosos rayos mágicos imperceptibles al ojo humano. La radiación emitida por el Dedefordefo modifica nuestra imagen, convirtiendo los narcisos en cardos o narcisos un poquitín más feos.
De este modo el Dedefordefo cumple su lúdico objetivo: el de hacer que todo habitante del planeta luzca en sus documentos oficiales un careto-monstruoso.
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Mis ojos ven mi cara... ocho veces
Mis oídos escuchan Joaquín Sabina y Andrés Calamaro, "Todavía una canción de amor"
4 comentários:
pues si es verdad...porque yo en las fotos con camra propia salgo monisimo jajaja
bsss
Claro que sí... y eso que la pose utilizada es la misma!!!
Lo más curioso es que no es culpa del flah -mucha gente sale diciendo: "es que el flash es tan fuerte que tuve que cerrar los ojos"- porque el fotomatón que yo frecuento no incluye entre sus servicios esa luz tan molesta como potente!
Ups, pues justo cuando estaba leyendo eso que pones de que Joaquín Sabina suena en tus oídos, en los míos también sonaba, y es que esta noche justamente está cantando en directísimo en la Plaza Mayor de esta Ciudad, y hasta mi cama llegaban los efluvios... Ahora la gente sale despendolada por las calles soñolienta y borracha del mes de abril.
Sabina... simplemente le adoro!
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