domingo, julho 08, 2007

save the last dance for me

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Abandone su cuerpo a los placeres que le ofrece el agua dulce de caudalosa cuenca y le aseguro que no encontrará comparación con el océano de peces y coral.
Loreto-de-caramelo y yo lo hicimos hoy.
Picnic, intento de siesta al sol saboteado por el renacuajo, imposibilidad de rescatar a un pobre patito de la prisión de un sedal y friísima agua en la que sólo eres capaz de meterte hasta la cintura.
Pero... ¡qué delicia!
El sonido de los pájaros y el agua fluyendo, el sol dibujando sombras sobre la espalda, los tobillos entre la hierba, la nuca acariciada por la brisa.
Calma.
Faltó un libro, que decidimos no llevar en favor de una sonriente conversación que haría las delicias de cualquier Nobel de literatura.

-La familia Polaretti...
-jajajaja, cállate ya, Xosé.
-¡quiero tarta!
-esa nube parece una tortuga

Les invito a pasar un día así.
Entre risas, tarta de galletas con nata y zapateros.
Un día en el río.
Con la familia Polaretti.

...
Mis ojos ven lo que mis manos tocaron.
Mis oídos escuchan "Como un dolor de muelas", Joaquín Sabina.

7 comentários:

JOHNNY INGLE disse...

Eso de recordar la infancia a medida que envejecemos supongo que se debe a nuestro cerebro de capas de cebolla: a medida que se destruyen las capas externas, las más recientes, por la senectud, van quedando al descubierto las primeras, las de la infancia.
Yo, afortunamente, también puedo recordar punto por punto la infancia.

Pero la tuya es más exótica: ha resultado muy evocador eso de los pueblos con río, y las bicis y las misas: era la globalización de otra época. Ahora parece que eso es imposible.

Respecto a los cumpleaños, yo también soy partidarios de suprimirlos. En mi oficina he intentado (con poco éxito) que la gente se olvide. pero es un maredo constante. Al menos he conseguido salvarme a mí.

Yo no llamo a ningún familiar ni amigo por su cumpleaños, y detesto que me llamen a mí (me llaman poco).

Por lo general, el día que cumplo años no me acuerdo hasta bien avanzado el día. Eso es saludable.

Pues... ¡feliz no se qué!
(felices recuerdos de la infancia, por ejemplo)

nüSh... disse...

ums...
señor Ingle
yo me iría preocupando por eso de la senectud
porque me ha dejado a mí un comentario que pertenecía a...
¿629?

no lo sé...

Pd. Odio las bicicletas

JOHNNY INGLE disse...

Es verdad, ¿y ahora dónde fue a parar el comentario que le escribí para usted en este post???

JOHNNY INGLE disse...

Ya sé lo que ocurrió.
Antes de publicar el comentario pulso (copiar) por si algo falla poder recuperarlo.

Y en lugar de "copiar" pulsé "pegar", y se me pegó lo que tenía en el portapapeles, que era el comentario al ser. 629.

Esto quiere decir que se me perdió el comentario para usted.

A ver: decía algo así como si también se atreve usted a pintarse los labios de añil a juego con las uñas.

le preguntaba si se bañaron desnudas en el río o con malla... (qué salidorro).

Y si no se percató de que el renacuajo que le impidió dormir la siesta era en realidad un príncipe con camisa celeste con rayas blancas que esperaba ser besado para pedirla en matrimonio.

Se lo perdió...

nüSh... disse...

El renacuajo era mi hermano.
Me bañé en bikini.
No había camisas de rayas.
Me atrevo con cualquier cosa.
Y
hombre precavido
vale por dos

JOHNNY INGLE disse...

ops, pues si el renacuajo era su hermano mejor que ni lo bese ni se case con él, ya que la benemérita la apresaría antes de llegar a la esquina. La condena podría ser supina, ya que habría concurso de delitos: maltrato a los animales acuáticos y estupro con agravante de incesto sobre hermanito menor.
Luego, se apreciaría una circunstancia agravante, como lo es cometer el delito mientras se llevan las uñas pintadas de color añil, lo que provoca la indefensión de la víctima, que se quedaría como hipnotizada por ese inesperado colorcito.

Al ser detenida le entraría arcadas, por los nervios, y vomitaría la tarta de galletas con nata sobre la capa del número de la Guardia Civil. Para reducirla, éste le aplicaría una buena azotaina con su porra y ya está usted metida en un buen lío por agresión y menosprecio a la Autoridad.

El juez instructor, al descubrir que se bañó usted medio desnuda hasta la cintura en el río, la imputaría por escándalo público, con el agravante de vespertinidad y acuosidad manifiesta.

Además, si usted es de las que desayunan tostadas, el jurado popular apreciará la agravante de persona de hábitos raros, y no habrá quién la salve.

La condenarán a prisión mayor de nueve meses y un día, al salir de la cual usted llevará en brazos un hermoso bebé, cuyo padre será un director de banco que desfalcó a sus clientes, y del que usted se enamoró en la celda porque él vestía la clásica camisa a rayas de los presos.

¿le gustó mi tesis?

Hala, pues ahora no se queje...

Jo jo jou!!!

Rita Peich disse...

Hija de mi vida, ya me gustaría poder aceptar la invitación! Me he comprado el equipo completo: gafas de sol molonas, bolsa-términa-naranja-chillón para llevar las latas de Pitusa-Cola y los filetes rusos, una bicicleta que funciona de verdad y con la que voy pedaleando derechita - como una senyorita y sin sacar chepa .... pero parece que el sol no nos quiere acompanyar en tierras teutonas.

Esperaré a que pase el verano para empezar a sonyar ya con el siguiente