terça-feira, maio 22, 2007

au nom de la rose

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Aburridísima, sin saber qué hacer tras haber acabado los exámenes. Olvidados los hobbies de no haber sido usados en un mes.
Paseo con mi madre y mi hermana al mercadillo y me compro dos pares de zapatos monísimos, repitiéndome mamá que como siga así me convertiré en la nueva Imelda Marcos. Y yo le contesto que no, que ella era poco solidaria y muy barroca, y que yo soy muy de tacones pero muy poco de oprimir al pueblo. Gitano de larga melena riza y ojos negros que bromea con nosotras un buen rato. Yo pienso en voz alta que me casaría con él, y mi hermana dice que no, porque yo soy atea y él evangelista; a lo que yo respondo que sí, que no importa, que por él sería una Imeldita-solidaria-que-se-casa-por-la-iglesia-evangelista-calzando-zapatos-rojos-de-JimmyChoo.
Casi no tengo que ir a clase, porque todos los profesores han acabado ya la materia. Así que las tres de siempre nos tumbamos en la hierba, alta de no cortarla, y tomamos el sol. Y cerramos los ojos y nos olvidamos de las notas-medias, de la selectividad y de las notas-de-corte. Bebemos agua fresquita y observamos las nubes, los pájaros y los enamorados que pasean agarraditos de la mano.
Al llegar a casa ojeo el Vogue, admiro los preciosísimos vestidos de Alexander McQueen y quisiera tener unas Wayfarer. Chateo con un chico turco que dice ser mi prometido, que nos casaremos en verano en la mezquita más dorada de Estambul. Y yo pienso que qué ajetreada voy a estar con tanto cambio de religión, que ahora lo que tengo que hacer es buscarme a un budista guapetón, invitarlo a tomar el té sobre cojines de raso rosa y darle besitos de gnomo y de mariposa por tener la sonrisa más blanca y la piel más bonita de todo el Tibet.
...
Mis ojos ven a Imelda Marcos, fotografiada por Ben Hoffman para VOGUE.
Mis oídos escuchan "Orange Sky", de Alexi Murdoch.

10 comentários:

JOHNNY INGLE disse...

Pues usted y sus amigas de parterre no son muy solidarias: media España inundada y los trenes cortados (¿por dónde les habrán metido la tijera?) y ustedes tomando un baño de sol y pensando en tacones (que no valen para el fango, por muy glam que sean).

Si se acostumbra a ir descalza, la base del pie se le pondrá tan dura que nunca más precisará de comprar zapatos.

Hoy dijeron en el telediario que no era conveniente usar en el mismo día zapatos de tacón y zapatos planos, que el pie necesita tiempo para recuperar su forma. Así que ya sabe, cuídese sus pies, que son seres vivos.

María disse...

Querida Nüsh:

Qué envidia tu día de mercadillo, una de mis pasiones ocultas, una de esas visitas que adoro...

El cambio de religión es una opción, pero piénsalo bien, porque abandonar el culto a los tacones altos puede provocar una pérdida irreversible de centímetros... aunque por amor...

nüSh... disse...

Ilustrísimo señor Ingle.
Debió de ser por nuestra falta de solidaridad que Dios nos ha castigado y hoy llueve tanto que me he empapado los pies.
Respecto a lo de ir descalza... más de una riña he tenido con mi padre. Porque es mi manía. La mía y la de mis hermanos, heredada de mi madre. Al llegar a casa, sea invierno o verano, no hay zapatos que valgan.
Y mi padre se enfada, porque no le gusta ver los pies de sus hijos sobre la fría baldosa de la cocina.

Mil besos.

Pd. El informativo que diga lo que quiera, pero no hay mejor cosa que calzarse unos tacones tras un día de bailarinas.


María.
Lo de los mercadillos también es herencia de mi madre.
Nos vuelven locas!

Saludos.

Pd.Lo de los tacones no es una religión, es más bien un vicio la mar de glamouroso.

JOHNNY INGLE disse...

Mi hermana mi hermano y yo estuvimos descalzos las 24 horas hasta los seis años más o menos.
Realmente me resultaba molesto ponerme cualquier género de calzado. Eso sí, teníamos las plantas como pezuñas de vaca.

Y no nos pasó nada, aquí estamos, envejeciendo saludablemente, no nos hemos vuelto parapléjicos ni circunflejos. De modo que no se deje amilanar por su Sr. padre.
Deje que corra el aire: por sus pies...

Abril disse...

Ahora mismo me gustaría estar aburridísima y sin saber qué hacer... ¡así que disfrútalo!

Loredhi disse...

Srta, Nüsh,

Usted es tan romántica que se dejaría robar los zapatos por un moreno de melenas, por un turco, por un budista tibetano. Me gusta mucho la gente romántica
descalza
o
con tacones sobre charcos

Loredhi disse...

Srta. Nüsh,

Por favor por favor por favor, que no había reparado en las pedazo hombreras del traje de Imelda... Parecen Ovnis partidos y después tumbados, o panes chapata o kebabs rellenos de carne de su brazo...

Y en la mano que reposa en el regazo... ¿qué lleva? ¿una perdiz disecada?

nüSh... disse...

Johnny.
Es taaan relajante andar descalzo!!!


Abril.
El aburrimiento llegará, no te preocupes.

Loredhi.
¿Romántica yo?
Bueeeno... un poco
(me ha encantado esa frase de "Es usted tan romántica...")
Parece ser que en Filipinas es de gala ponerse la manga así.
Lo de la mano es un bolso-joya de oro y esmeraldas (bueno, realmente un esmeraldón en el centro).
Y en la mini-foto no se aprecia, pero en la revista se ve perfectamente el broche con forma de lazos de oro, diamantes y esmeradas que lleva en el pecho. A juego con el enorme anillo de la mano que reposa sobre la silla y la pulsera de la mano que reposa sobre el regazo. En la mano del anillo lleva una puslera de diamantes y zafiros.
Ahí es nada.
Manchados de sangre todos ellos, of course!

nüSh... disse...

Jah.
me olvidaba!
Imelda lleva también un prendedor en el pelo de zafiros.
Y los pendientes esmeralda-diamantes.
Cómo no!

Loredhi disse...

Srta. Nüsh,

Muchísimas gracias por sus aclaraciones respecto de la indumentaria de Doña Imelda. Es Usted buena cronista de moda hasta con este tipo de "prendas".

Escriba más, mucho más.