no son ojos porque los ves, son ojos porque te miran

Cierto es que hay miradas de amor y de odio. Miradas que cortan la respiración y miradas que incomodan. Hay miradas que matan y miradas que pueden darte la vida. Hay ojos por los que morirías y otros que arrancarías. También hay términos medios en el mundo de la óptica: hay miradas totalmente indiferentes. O simple y llanamente miradas muertas, sin vida, que miran al horizonte vacío sin esperanza de encontrar nada. Frente a aquellas miradas que buscan se sitúan las que ya lo han encontrado todo.
Los ojos más bonitos que vi jamás son los de mi hermano, negros como azabache parece que te vas a caer dentro. En Cuba había un niño pelirrojo que tenía los ojos completamente blancos, la pupila del tamaño de la cabeza de un alfiler. Me daba bastante grima pero no podía apartar la mirada de aquellas bolitas de nube. Creo que ya te conté alguna vez su historia, recuerdo que te dije que no podía salir de día porque no tenía dinero para comprarse unas gafas de sol. Los ojos de aquel chico que-tu-ya-sabes están rodeados de unas pestañas tan espesas que asemejan rayas de kohl egipcio. Preciosos, es cierto. Lascivos, pero poco conversadores.
Hay ojos llenos de arrugas de tanto reír, como los que yo aspiro a conseguir algún día. Pero también hay ojos tristes y bañados en lágrimas. No sé si sabes que por estos lares se ha hablado de ojos líquidos. Pero yo no veo en ellos nada de tristeza, sino de sexualidad. Los ojos negros son, a mi parecer, los más ardientes y expresivos. Los prefiero a los azules o verdes (no te ofendas). Conoces la canción que cantamos por esta Galiza que nos vio nacer a ambas tan cerca la una de la otra. <<Ollos verdes son traidores, azules son mentireiros, e os negros e acastañados son firmes, e verdadeiros>>. No estoy muy de acuerdo con esta conclusión, porque sé que tus ojos azules dicen siempre la verdad.
Cierto es también lo que te dije hoy a la mañana, eso de que no me importa que me mire mal. Ni él ni nadie. Son ojos que pretenden transmitir odio, pero lo único que consiguen es que cada vez vea más cercano mi propósito de las arrugas. Me hace gracia encontrárme con esos ojos cada mañana esforzándose por inculcar en mí el más mínimo temor, pero más gracia aún me hace ver la transformación de esos mismos ojos en ojos decepcionados por mi indiferencia. Ojos despechados, diríamos tú y yo. Ciertamente parecen sacados de una telenovela cutre. Ya te dije que no me molestaba lo más mínimo, y que por mí podía seguir haciéndolo toda la vida. Lo único que va a conseguir son ojos estrábicos.

...
Mis ojos ven a mis ojos mirando a Manolo a los ojos.
Mis oídos escuchan "Ojos", preciosa canción de Los Suaves