quinta-feira, julho 26, 2007

dadá

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Me encuentro con una señora vieja (viejísima) a la salida del aeropuerto de Barcelona. Es realmente bajita y tiene la cara tan arrugada que da la impresión de que se está derritiendo. Blanca de pies a cabeza. Blanco pantalón de lino, blanca blusa, blancas zapatillas Victoria, blanco sombrero, blanco foulard. Blancos también su pelo y su piel. Los ojos tan azules que parecen infinitos, las pupilas diminutas como si no quisiesen molestar.
Unos pasos por detrás camina un joven sorprendentemente alto. Negro como el azabache. Negros pantalones, negros zapatos de traje, negra camisa acompañada de negra corbata. Negra la tersa piel que se confunde con los también negros rizos-afro. Tan sólo su sonrisa de millones de dientes y sus ojos alegres contrastan con la negrura de su felicidad.
Y yo recuerdo.
Recuerdo a aquel pobre chiquillo que conocí en cuba. Pelirrojo como las zanahorias, carecía de iris y tenía las pupilas microscópicas, como cabeza de alfiler. No podía salir a la luz del día, el más mínimo rayo de sol le cegaba. El comunismo le había privado de unas gafas de sol, así que únicamente salía por las noches (de ahí su vampírico tono de piel). Nosotros le veíamos pasadas las 10 de la noche, cuando el muchacho resurgía subido en su monopatín oxidado. Jugábamos con él y nos contaba que era el mejor amigo de las cucarachas-de-los-cocoteros, porque ellas también salían únicamente tras la puesta del sol.

Pero no recuerdo su nombre.

Y la viejecita se pierde entre la multitud dejándome como única sensación un tremendo vacío que me llena por dentro.

El muchacho se dirige con grandes zancadas hacia mí. Las puertas de cristal se abren y sé que no volveré a verle, pero que finalmente conozco el ying-yang.


...
Mis ojos ven manchas.
Mis oídos escuchan "Crystalline green", de Goldfrapp

9 comentários:

Carcajada disse...

Dije que volvería y he vuelto. Soy "doña", aunque no me gustan demasiado estos formalismos. El ying-yang..curioso nO? Tan opuestos y tan dependientes.. Seguramente la viejecita vuelva a cruzarse con el hombre más de una vez, y seguro que un día será el alto el que se vuelva pequeñito perdiéndose entre la multitud, y la que se le acerque a usted será esa pequeña ancianita, que parecerá gigante. Supongo que es cosa de mantener el equilibrio. Saludos desde la espiral.

George Hazard disse...

Querida Nush, se me ha encogido el corazón de tan bien que lo has contado.
Sos una genia!

JOHNNY INGLE disse...

Ah ah ah, pero es que es usted una ubicua: que si en las puertas de Barcelona, que si en Cuba: si se mueve usted tanto es seguro que se va a tropezar con personas de todos los colores y restricciones de conducta. Quizás, cuando sea usted médica, sonsiga encontrar el remedio para que el niño albino pueda tener iris.
Bueno, al menos que lea a Iris Murdoch... también sirve.

Hace un momento en la tele salía un negro cantando y tenía la parte interna del labio inferior completamente rosa, pero un rosa rosa rosa, como el Chevrolet de sus sueños...

Inma disse...

dado que ambas somos caramelos jajaja pasate por mi blog guapa!!
kisses

Zorro de Segovia disse...

gran ejercicio literario, parece de algodón ...

nüSh... disse...

Estimada Carcajäda*
Lo de los formalismos es un mero juego. Porque jugando hemos llegado a tratarnos de usted, y realmente creo que es un acto que me agrada. Parece que estuviese tomando el té en Egipto con un grupo de octogenarias hasta las cejas de diamantes y con bastón-de-puño-de-plata.
Saludos de nuevo y gracias, espero volver a verla.

Apreciado George,
simplemente
gracias.
De corazón

Amado Johnny.
Eso último que ha dicho me ha recordado enormemente a la escena de Amelie en el que el hombre-de-los-huesos-de-cristal descubre la cinta de maravillas que le deja la muchacha bajo el felpudo.
Y ya sabe que Amelie es mi película favorita.
Véala,
y luego me dice.

Elena,
ahora mismo voy a ver sus caramelos.

Eterno Zorro de Segovia,
gracias
algodón parece
plata-no es.

Absurdo Rutinario disse...

Las descripciones, geniales.
Todas.

Anónimo disse...

wOw!

Anónimo disse...

Estás pirada